Ubicado en medio del idílico esplendor de Quantock Hills en el condado de Somerset, se encuentra un paraíso de opulencia y comodidad como ningún otro. Pero este retiro no es para la élite de la jet-set ni para los vacacionistas adinerados; está reservado exclusivamente para los amigos de cuatro patas que ocupan un lugar especial en el corazón de sus dueños. Bienvenido al Country Dog Hotel, donde menear colas y mimarse no tiene límites.
Propiedad y operado por el dúo dinámico formado por Rebecca Linnell y Michael Walton, el Country Dog Hotel ha sido un modelo de lujo para los dueños de mascotas que buscan el máximo cuidado y comodidad para sus queridos compañeros. Con cinco años de dedicado servicio a sus espaldas, Rebecca y Michael han transformado su pasión por las mascotas en un próspero negocio que atiende los gustos más exigentes de la élite adinerada.
Situado en un extenso terreno, el Country Dog Hotel cuenta con una variedad de comodidades diseñadas para satisfacer todos los caprichos y gustos caninos. Desde rejuvenecedores tratamientos de spa hasta noches de cine al aire libre bajo el cielo estrellado, cada huésped es tratado como realeza desde el momento de su llegada.
Uno de esos huéspedes distinguidos es Pippin, cuya reciente estadía en el hotel ejemplifica el nivel incomparable de cuidado y atención prodigado a cada visitante peludo. Desde sesiones diarias de spa con los relajantes aromas de naranja dulce y madera de cedro hasta servicios de cuidado personalizados que dejan el pelaje suave como la seda, la experiencia de Pippin fue nada menos que extraordinaria.
Pero no se trata sólo de indulgencia y relajación en el Country Dog Hotel: cada huésped recibe atención personalizada adaptada a sus necesidades individuales. Los dedicados miembros del personal se aseguran de satisfacer todos los caprichos, ya sea una preferencia por los abrazos en la cocina o una aversión a la soledad. Y para los propietarios que se encuentran a kilómetros de distancia, las actualizaciones y fotografías diarias sirven como un reconfortante recordatorio de que sus compañeros peludos están en buenas manos.
Para Rebecca y Michael, la misión va más allá de proporcionar un refugio de lujo para perros mimados: se trata de fomentar un sentido de confianza y tranquilidad para los dueños de mascotas que confían a sus queridos compañeros a su cuidado. “Nuestros clientes multimillonarios pueden tener los medios para viajar por el mundo, pero cuando se trata de sus amigos peludos, sólo los mejores son suficientes”, explica Rebecca.
Mientras el sol se pone sobre las colinas de Somerset, el Country Dog Hotel es un testimonio del vínculo duradero entre los humanos y sus compañeros caninos. Aquí, en medio de la belleza de la naturaleza y la calidez de una hospitalidad sincera, los huéspedes peludos encuentran un hogar lejos del hogar: un lugar donde cada cola se mueve con alegría y cada ladrido resuena con satisfacción.