Ale Oviedo se enteró del caso del cachorro y no pudo resistirse a ayudarlo. Tres de los hermanos del perro habían perdido la vida por el comportamiento de su madre y ella no permitió que el perro fuera el cuarto en morir.
Además, el pequeño había recibido una lesión en una de sus piernas y necesitaba atención.
La mujer le puso al cachorro el nombre de Nicholas, el superviviente.
Ale se enteró de este caso por algunos amigos de su familia y decidió intervenir para salvar al cachorro. En ese momento sólo le quedaban unas pocas semanas de vida.
“Conocí a Nicholas cuando tenía más de una semana. La madre de Nicholas se comió a tres de sus hermanos y estaba en el proceso de comérselo cuando alguien lo rescató”, explicó Ale.
Cuando el cachorro llegó a la casa de la mujer, venía con una pata lastimada y Ale sabía que tenía que vigilarlo de cerca, pero también estaba preocupada por cómo sus otras mascotas tomarían la llegada de este integrante.
La mujer tenía a su cuidado otros cinco perros y algunos gatos algo celosos pero, para su sorpresa, lo adoptaron como propio.
Ale no podría estar más conmovida por la situación.
La mujer debía curar la pata de Nicolás y por eso limpiaba la herida varias veces al día, momento en el que los gatos acudían a buscarlo para consolarlo.
“Le di de comer cada 3 horas y le cambiaba el vendaje todos los días. Entonces vinieron y vinieron a buscarlo”, explicó.
Con el cuidado de su nueva familia, el cachorro ganó fuerza y confianza. Nicholas era un perrito muy miedoso antes de conocer a Ale, pero después de pasar tiempo con ella y su familia aprendió que la vida no era tan amarga después de todo.
Con el paso de las semanas, el cachorro empezó a funcionar por sí solo y su pata empezó a sanar. Aunque le tomó un tiempo aprender a moverse sin ser molestado, se aventuró a explorar la casa de quien lo había recibido.
En ese momento Ale supo lo curioso que era este perrito.
Para la mujer no hay mayor satisfacción ni recompensa por esos días de cuidados que ver al indefenso cachorro convertirse en un perro seguro de sí mismo y, sobre todo, sano. Su herida y su corazón sanaron gracias a ellos.
“Lo hice con mucho gusto, con cuidados constantes de parte mía, de mis gatos y de mis otros 5 perros, ¡se convirtió en un perro encantador!” ella dijo.
Ya recuperado, Nicolás disfruta de la compañía de toda la familia que lo acogió y en especial de la de los gatitos porque, paradójicamente, fueron ellos quienes lo adoptaron con más amor y se dedicaron a acompañarlo y cuidarlo durante sus días de adaptación.
La intervención de Ale cambió el destino del cachorro que ahora podrá llevar una vida tranquila y llena de amor, algo que tres de sus hermanitos no lograron.
Parece que disfrutar de este mundo era algo a lo que Nicholas estaba destinado y ahora que vive rodeado de tanto amor y maullidos, seguramente crecerá muy sano.
En la naturaleza hay cosas que son difíciles de asimilar, pero lo importante es que las buenas acciones prevalecieron sobre cualquier mal que pudiera sufrir este perrito y ahora es completamente feliz.
Nos alegra saber que los peluditos tendrán la felicidad que todos merecen. Bravo por ti, Nicolás.