Después de pasar por muchas dificultades en el comercio de carne de perro, un perro dálmata con sólo dos patas tuvo la suerte de encontrar un final feliz. Cuando tenía alrededor de 8 semanas, la cachorra llamada ‘Emma Roo’ fue salvada de un carnicero local en Xi’An, China.
Cuando la descubrieron, quedó claro que había sido severamente maltratada, ya que carecía de patas delanteras, le habían cortado las puntas de las orejas y le faltaba una parte de la cola.
Emma fue salvada justo a tiempo y enviada a un centro veterinario en Beijing, donde recibió el tratamiento que necesitaba para recuperarse.
Los médicos descubrieron que la pequeña niña tenía una deformidad en su extremidad trasera y que le faltaban algunos dedos, lo que indicaba que se dirigía al matadero.
Los comerciantes de carne de perro parecen creer que cortar las extremidades de los animales para venderlos sin anestesia genera adrenalina. Afirman que este ingrediente suaviza la carne de los animales maltratados, lo que resulta en un mejor producto para los consumidores.
La pequeña Emma fue puesta en una familia de acogida, pero fue devuelta a la clínica después de dos años, en el año 2019.
Como resultado, el grupo de rescatistas buscó la ayuda de Dalmatian Rescue, una organización sin fines de lucro con sede en el sur de Florida, para que Emma pudiera disfrutar de una vida mejor, ya que las adopciones de perros son más populares en Estados Unidos que en China.
Emma llegó a Estados Unidos el 20 de abril de 2020, justo antes de que Covid-19 ilegalizara las exportaciones de animales. Sus voluntarios optaron por publicar su historia en las redes sociales mientras se encontraba en las instalaciones de la organización con el fin de buscarle un hogar.
Misha Rackcliff Hunt, una mujer de 27 años, descubrió la publicación de Emma en Facebook y se enamoró de ella. Ella quería ayudarla. Entonces pensó que adoptar a la cachorrita de tres años y traerla a su casa en Charleston, Carolina del Sur, sería la mejor opción.
Según Misha, que habló con el Daily Mail,
“Sabemos que sus heridas fueron causadas por personas por su naturaleza. Esto parece ser un hecho típico: razas “raras” son desmembradas y atormentadas”.
A pesar de los desafíos de Emma, Misha hace todo lo posible para hacerla feliz y ayudarla a vivir una vida normal. Sin embargo, todavía sufre numerosos problemas psicológicos como resultado del trauma y la crueldad que soportó tantas veces en ese terrible lugar.
Misha se expresó de la siguiente manera:
“Emma está aterrorizada por cualquier cosa que suene como una motosierra, como secadores de pelo, aspiradoras y cortadoras de césped”. Ella lloraba cada vez que salía de la habitación cuando inicialmente la llevé a casa. Ella siempre fue muy protectora con su comida y sus juguetes. Incluso retuvo algunos trozos de mi ropa en un momento dado porque tenía miedo de que se los quitaran”.
Emma desconfiaba de los hombres, pero a Misha se le ocurrió la brillante idea de contratar a un terapeuta masculino para que la ayudara a modificar sus costumbres, y lo logró.