La imagen pública de Oprah Winfrey como magnate de los medios de comunicación cariñosa y compasiva ha
sido objeto de escrutinio, en particular a la luz de su tensa relación con la actriz
y comediante Mo’Nique. Si bien Oprah es vista generalmente como una figura de positividad y
empoderamiento, Mo’Nique la ha acusado de traición y daño emocional, lo que
ha causado un daño significativo tanto a su vida personal como a su carrera profesional.
Esta compleja historia de amistad, óxido y traición revela una capa más profunda de
emociones entre dos mujeres prominentes en la industria del entretenimiento, cada una con
su propia historia de lucha personal.
Mo’Nique y Oprah se unieron por primera vez a partir de sus experiencias compartidas de haber crecido en
hogares abusivos. Mo’Nique, que había admirado a Oprah durante mucho tiempo, la veía como un
modelo a seguir, un reflejo del éxito que ella misma esperaba alcanzar. Recuerda su
admiración por Oprah desde una edad temprana, describiéndose a sí misma como una “chica negra y gorda
de Baltimore” que soñaba con seguir los pasos de Oprah. Esta conexión
era más que solo profesional; era profundamente personal, arraigada en sus
traumas infantiles similares. Con los años, a medida que la carrera de Mo’Nique florecía, su vínculo
“pareció fortalecerse”. La actuación de Mo’Nique en la película Precious recibió
elogios de la crítica, y se encontró rodeada de figuras influyentes como Oprah
y el director Lee Daniels, con quien había trabajado en la película.
Sin embargo, surgieron tensiones cuando Mo’Nique se negó a promocionar Precious
a nivel internacional, a pesar de la presión del estudio para que lo hiciera. Su decisión de priorizar a su familia
por encima de sus obligaciones profesionales creó una grieta entre ella y figuras clave de la industria,
incluida Oprah Winfrey. La actriz explicó que había cumplido con todas sus
obligaciones contractuales, pero que simplemente quería pasar tiempo con su familia, especialmente después de pasar
por dos matrimonios fallidos y finalmente establecer una vida feliz con su esposo
y sus hijos. La negativa de Mo’Nique a “jugar al baloncesto” en el mundo de alto riesgo de
Hollywood le valió la etiqueta de ser “difícil”, lo que, a su vez, provocó una reacción negativa
de figuras poderosas como Oprah Winfrey, Tyler Perry y Lionsgate. Mo’Nique creía que la
estaban castigando por defenderse, y que su sustento se estaba viendo
amenazado como resultado.
‘Sin embargo, lo que realmente destrozó la confianza de Mo’Nique en Oprah fue un
incidente profundamente personal que involucraba a su familia. Oprah invitó al hermano de Mo’Nique, a quien ella había
descrito públicamente como un “monstruo” por abusar sexualmente de ella cuando era niña, a su
programa de entrevistas. Según Mo’Nique, Oprah la llamó antes y le preguntó si se sentía
“cómoda con que su hermano apareciera en el programa”. Oprah incluso se ofreció a cancelar
el episodio si Mo’Nique se oponía. Aunque Mo’Nique no prohibió explícitamente la
aparición de su hermano, confiaba en que Oprah respetaría la naturaleza sensible de
su conversación.
Sin embargo, Mo’Nique se quedó desprevenida cuando vio anuncios que promocionaban el
episodio, en los que no solo aparecía su hermano, sino también su madre y otros
miembros de la familia. Esta traición fue particularmente dolorosa porque, en conversaciones anteriores,
Oprah y Mo’Nique se habían contado mutuamente sobre sus complicadas
relaciones con sus padres. Mo’Nique sintió que Oprah, habiendo compartido
experiencias similares de trauma y abuso, debería haber entendido lo devastador que
sería ver a su madre, una figura de dolor emocional, en la televisión nacional
sin su consentimiento.
A pesar de los intentos de Mo’Nique de confrontar a Oprah, la respuesta de la magnate de los medios estuvo
muy lejos de lo que ella esperaba. En una fiesta, Mo’Nique finalmente tuvo la oportunidad de preguntarle
a Oprah por qué había permitido que su familia apareciera en el programa sin previo aviso. La respuesta de Oprah,
“Si crees que hice algo mal, quiero disculparme”, no le cayó bien a
Mo’Nique, quien sintió que Oprah tenía plenas intenciones de tener a su familia en el programa
sin decírselo. Oprah, sin embargo, ha permanecido en gran medida en silencio sobre el asunto,
“excepto para afirmar en entrevistas que cargar la negatividad con negatividad solo conduce a
más energía negativa”.
Las consecuencias de este incidente marcaron el comienzo de una larga y dolorosa batalla para
Mo’Nique. Estaba harta de que figuras poderosas de la industria del entretenimiento usaran
su influencia para silenciarla o marginarla. Esta frustración llegó a su punto álgido
“cuando Netflix le ofreció un contrato para un especial de comedia, pero la oferta era una
fracción de lo que cobraban sus colegas, como Amy Schumer. Mientras que Schumer
recibió una oferta de millones, a Mo’Nique le ofrecieron solo 500.000 dólares,
“lo que le pareció insultante, especialmente teniendo en cuenta su larga y exitosa carrera,
que incluyó un premio de la Academia por su papel en Precious”.
Mo’Nique, que no estaba dispuesta a aceptar lo que consideraba una discriminación flagrante, decidió
emprender acciones legales contra Netflix. Demandó al gigante del streaming por discriminación,
manteniéndose firme en su creencia de que su raza y género jugaron un papel en la caída de Netflix
. Finalmente, las dos partes llegaron a un acuerdo y Mo’Nique pudo conseguir un
especial de comedia y un proyecto cinematográfico con Lee Daniels, quien se disculpó por cualquier papel que haya jugado en
las dificultades de su carrera.
A lo largo de su trayectoria, Mo’Nique se ha mantenido firme y sin complejos en
su lucha por un trato justo. Siempre se ha pronunciado en contra de lo que considera
una injusticia, no solo para ella misma, sino para las futuras generaciones de mujeres en la
industria del entretenimiento. Su batalla, insiste, es más que solo dinero: se
trata de respeto, dignidad y de cambiar el sistema para quienes vienen después de ella.
La historia de Mo’Nique es una de perseverancia, coraje y de enfrentarse al poder, incluso
cuando esto tiene un costo personal y profesional. A pesar de la traición y
los desafíos que ha enfrentado, sigue luchando por lo que cree que es justo,
decidida a garantizar que los demás sean tratados de manera justa en una industria conocida por sus
desigualdades.