Hoy es un día especial para mí, es mi cumpleaños. Sin embargo, a pesar de la emoción y la expectativa que he tenido, hasta el momento no he recibido ni un solo mensaje de felicitación. Es un sentimiento extraño, como si el mundo a mi alrededor estuviera ajeno a esta fecha significativa para mí.
Recuerdo otros cumpleaños, donde mi teléfono sonaba constantemente con mensajes de amigos y familiares deseándome un día maravilloso. Pero hoy, el silencio es ensordecedor. Me pregunto si han olvidado, si están ocupados con sus propias vidas o si simplemente ya no les importa.
Quizás sea una tontería preocuparme tanto por los mensajes de felicitación, pero es difícil no sentirse un poco decepcionado. Después de todo, ¿no es este el día en que debería sentirme especialmente querido y apreciado?
Intento no dejar que la falta de mensajes arruine mi día. Después de todo, aún tengo mucho por qué estar agradecido. Tengo salud, tengo a mis seres queridos cerca y tengo la oportunidad de celebrar otro año de vida.
Así que, aunque los mensajes de felicitación no lleguen, me esforzaré por disfrutar este día al máximo. Porque cada cumpleaños es una oportunidad para reflexionar, para crecer y para apreciar las pequeñas cosas que hacen la vida hermosa. Y quién sabe, tal vez los mensajes llegarán más tarde, pero por ahora, simplemente me permitiré disfrutar de este día especial, incluso si es en silencio.