En el pintoresco cantón suizo de Valais, Martigny dio la bienvenida a un evento extraordinario en marzo: el nacimiento de once adorables cachorros de San Bernardo, lo que marcó una ocasión feliz para los amantes de los perros en todo el mundo.
Barryland, reconocida como el hogar de la raza San Bernardo más antigua del mundo, anunció con orgullo la llegada de estos encantadores cachorros el 25 de marzo de 2024. Entre ellos se encuentran cuatro bebés varones y siete encantadoras niñas, cada uno de ellos un testimonio de la belleza de los nuevos. vida. La Fundación Barry compartió la conmovedora noticia en su canal de Instagram, @fondationbarry, donde innumerables simpatizantes expresaron sus felicitaciones.
Los orgullosos padres, Haïka y Zeus, son símbolos de la noble herencia del linaje de San Bernardo. Para Haïka, de tres años, esto marca su debut como madre, y la fundación anticipa con entusiasmo que ha otorgado a su descendencia su carácter alegre y amable.
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Si bien el tamaño de las camadas de San Bernardo suele oscilar entre seis y diez cachorros, esta “gran camada de perros”, como confirma la cría, superó las expectativas. Andrea Zollinger, de la Fundación Barry, comentó: “Para nosotros también es una gran camada de perros, normalmente la media es de cinco a ocho. La madre trabajó bien, al final ya estaba cansada de tener tantos bebés”.
Sin embargo, el nacimiento no estuvo exento de desafíos. Según Manuel Gaillard, director de cría de la Fundación Barry, mientras que cuatro cachorros nacieron de forma natural, el resto requirió el parto por cesárea, algo común en la cría de perros. Gaillard enfatizó la importancia y la delicadeza del proceso de parto, subrayando el compromiso de la fundación de garantizar el bienestar tanto de la madre como de los cachorros.
En respuesta a este extraordinario evento, la Fundación Barry ha anunciado que los cuidadores de animales brindarán atención las 24 horas del día a los recién nacidos, ofreciendo apoyo a Haïka mientras atiende a su cría en expansión.
A medida que los cachorros se embarcan en su viaje de crecimiento y descubrimiento, sirven como un recordatorio del profundo vínculo entre humanos y animales, un vínculo que trasciende el idioma y la cultura, uniéndonos en la celebración de los momentos más preciados de la vida. En Martigny, entre los picos nevados de los Alpes suizos, once cachorros de San Bernardo han traído alegría y calidez a todos los que los encuentran, dejando una huella indeleble en los corazones de todo el mundo.