El dueño de un perrito decide dejarlo en el refugio en el que lo adoptó años antes pero el amor que los une es más grande y regresó por él para fundirse en el más tierno abrazo.
Pese a las miles de historias que nos llegan sobre personas irresponsables que dejan de lado a sus mascotas del modo más desconsiderado y hasta inhumano, Lewis Jiménez debió tomar la decisión más difícil en su vida al enviar de vuelta a la perrera a su querido Titus.
El perrito fue adoptado cuando era solo un cachorro en Austin, Texas.
Lewis se enamoró del pitbull tras una visita al refugio Austin Animal Center. Para ese momento tenía solo dos años y su carita y el movimiento emocionado de su colita cautivó al hombre, convenciéndolo de empezar con los papeles de la adopción.
“Estaba saltando y feliz, y pensé: ‘Hombre, ese es el que quiero’”, recordó Jiménez.
Después de ese día el perrito se instaló en su nueva casa, donde vivió feliz durante cinco años. Para Titus ese tiempo fue como saborear miel sobre hojuelas, la felicidad nunca faltó en su vida pero el destino le tenía preparado un revés.
El can experimentaría de nuevo el abandono.
Jiménez tuvo que mudarse y el propietario de su nuevo hogar no permitía mascotas. El hombre le exigió a su inquilino que se deshiciera de Titus o de lo contrario ambos debían irse del lugar.
Aunque Lewis intentó conseguir a alguien de confianza que se quedara con el perrito mientras él solucionaba el asunto, nadie quiso cuidar a este angelito.
Al hombre no le quedó otra opción que llevar a Titus de nuevo al refugio.
Lewis pensó que el perrito no estaría mejor en otro lugar que no fuese ese, después de todo había vivido allí antes, pero no por ello la despedida se hizo menos dolorosa.
Tanto el señor Jiménez como el perrito sufrieron en el momento de decirse adiós y eso sirvió para que las personas del refugio se convencieran de que Lewis regresaría por el animal.
Su dueño lo amaba demasiado como para dejarlo allí por siempre.
Jennifer, una voluntaria del Austin Animal Center, confesó que en principio nadie creía que el hombre volvería, puesto que muchas personas alegan lo mismo y no lo cumplen.
“Desde nuestro punto de vista, no podemos mantener perros, porque escuchamos a los dueños decir esto todo el tiempo, que van a regresar, pero luego no lo hacen”, explicó la animalista.
Aunque Titus ya había vivido en ese lugar, su adaptación no fue para nada sencilla y el perrito comenzó a cambiar de ánimo durante su estadía allí.
“El refugio es un lugar muy, muy estresante para los perros. Unos lo manejan mejor que otros, pero Titus no era uno de ellos. Él estaba realmente estresado. Cuando lo sacabas de su perrera, era genial, súper juguetón y muy dulce. Pero en su perrera está malhumorado y muy triste”, explicó Jennifer.
Titus se quedó en el refugio por cuatro largos meses y, aunque Lewis iba a visitarlo a menudo, su tristeza era notoria. Por ese motivo el hombre hizo todo lo posible por regresar con su perrito.
“Se sentía abrumado y estaba muy triste. Los voluntarios tomaron notas como, ‘Titus no es él mismo’. Todo eso simplemente me hizo estar más decidido a hacer lo que tenía que hacer para sacarlo”, dijo el dueño.
Tras esa agónica estadía para el perrito, la criatura logró volver a los brazos de su dueño. Lewis y su familia pudieron resolver sus problemas de vivienda y se mudaron a una propiedad con un amplio patio para que Titus estuviera libre y cómodo.
Esa fue la mejor noticia para el peludo.
El día en que Lewis regresó por el perrito, éste no lo podía creer y ambos se fundieron en otro abrazo que quedó registrado en el lente del fotógrafo del refugio. Todos en el lugar estaban conmovidos por la hermosa escena.
“El personal los veía llorar cuando se iban. Entonces toda la situación fue desgarradora”, explicó Jennifer.
Al final del día, el perrito volvió con su verdadera familia y Lewis juró que no se apartaría nunca más de él. Además, el hombre se mostró profundamente agradecido con el personal del lugar por la consideración que tuvieron con él y su familia al aceptar cuidar a Titus. Pero sobre todo, este dueño agradeció la paciencia y el cuidado que tuvieron con su amado perrito.
Conseguir a un perrito fiel es una fortuna pero más grande aún es saber que esa fidelidad es correspondida por sus humanos. Bendiciones y aplausos de pie para Lewis y Titus.