Anthony Rogers no tiene mucho en este mundo, pero sí tiene un Staffordshire terrier llamado Bobo que lo ama y adora.
El artista radicado en Memphis, Tennessee, había atravesado tiempos difíciles. Terminó en la calle con Bobo, su devoto amigo que nunca se aparta de su lado.
Incluso cuando Anthony no podía permitirse el lujo de comer, se aseguraba de que Bobo tuviera todo lo que necesitaba. Anthony se despertó una mañana y descubrió que Bobo había desaparecido.
Rápidamente recorrió las calles circundantes pero no encontró rastro de su perro. Anthony esperaba lo mejor, pero temía lo peor, mientras ayudaba a un amigo a distribuir folletos sobre “perros perdidos” por toda la ciudad.
Pasaron las semanas sin saber nada. Finalmente, su amigo recibió una llamada telefónica sobre el cartel. ¡La persona que llamó era un empleado de Memphis Animal Services que informó que habían encontrado un perro que se parecía a Bobo!
El empleado había visto los carteles de perros desaparecidos en Memphis, pero no estaba seguro de que fuera el mismo perro que habían traído. Anthony, por supuesto, se apresuró al refugio para averiguarlo.
¡Todos supieron inmediatamente que este era el perro de Anthony en el momento en que se abrió la puerta y salió el perro!
¡Bobo se arrojó a los brazos de su padre con tanta fuerza que no quedó ni un ojo seco en la casa!
“Ver un placer tan puro y desenfrenado fue un momento fantástico”, dijo la portavoz del refugio, Katie Pemberton. “Creo que todos nos sentimos muy afortunados de poder verlo”. Trabajar en refugios de animales puede ser agotador emocionalmente, por lo que ver algo tan alegre es como poner gasolina en el tanque”.
Bobo fue esterilizado, recibió un microchip y fue vacunado mientras estaba en el refugio. También resultó negativo para gusano del corazón.
“Se lo devolvimos a Anthony con un suministro de tratamiento contra el gusano del corazón para un año, una bolsa de comida para perros, un arnés, una correa, un collar y una placa de identificación”, dijo el refugio en Facebook. “Bobo goza de buena salud y está feliz”.
Además, después de que un vídeo de la reunión de Bobo y Anthony se volviera viral, un amigo creó una página de GoFundMe y contribuyó con $16,850 para ayudarlos a recuperarse.
Momentos como estos sirven como recordatorio de que no importa quiénes somos ni cuánto dinero tenemos. Lo que realmente importa son los vínculos que formamos con los demás, tanto humanos como animales. ¡El “hogar” de Bobo en esta situación es dondequiera que esté Anthony!