Últimamente he estado pensando en la empatía por los animales y en por qué algunas personas generalmente no la tienen mientras que otras sí.
Es una de las cosas de las que no se habla mucho. Con demasiada frecuencia hemos visto a un perro callejero cojeando por la carretera y la mayoría de la gente simplemente pasa y lo ignora.
Sin embargo, no tiene por qué ser así. Incluso para las personas que no son amantes de los animales, ayudar a un cachorro perdido a tener una nueva oportunidad de vivir no cuesta mucho. Todos podemos hacer más en este frente.
Este dulce perro tenía muchos problemas para moverse, lo que le dificultaba mucho hacer cualquier cosa hasta que un hombre se dio cuenta de él y decidió hacer algo al respecto.
Él fue tan amigable
Tan pronto como detuvo su auto, el hombre salió y se acercó al perro. Cojeaba y estaba claro que algo andaba mal con él.
Sin embargo, fue muy amable y agradeció esta atención. Entonces el hombre fue y le trajo algo de comer.
¿Quién sabe cuándo fue su última comida? Debe haber disfrutado mucho de este. El cachorro sabía que esta persona quería ayudarlo, pero no sabía cómo pedírselo.
Luego, el hombre siguió con sus asuntos, pero notó que el cachorro estaba en la misma posición cuando regresaba.
Se sintió mal, así que le dio al perro más comida y agua. Después de eso, decidió pedir ayuda a una clínica veterinaria.
Un veterinario llegó al lugar en poco tiempo y examinó al cachorro. Tenía una infección cutánea grave y sus patas traseras estaban paralizadas debido a heridas más antiguas.
Desafortunadamente, no había manera de que volviera a moverse normalmente, pero los veterinarios aún estaban decididos a ayudarlo a llevar una vida algo normal.
También le arreglaron el pelaje enmarañado y le dieron un baño para deshacerse de todas las pulgas. También recibió un tratamiento de desparasitación.
Un nuevo comienzo
Ahora que estaba limpio, disfrutó de una comida muy agradable y su estado de ánimo cambió instantáneamente. El cachorro estaba muy feliz de finalmente recibir ayuda.
Estaba muy emocionado después de que su salvador le dio una pelota con la que podía jugar. Mientras tanto, el hombre decidió construirle una silla de ruedas personalizada para que pudiera moverse con facilidad.
Después de que lo instalaron y lo montaron en el perro, éste se mostró reacio a moverse hasta que vio golosinas. Su movimiento era un poco inestable, pero nada que la práctica no pudiera arreglar.
Con un poco de estímulo, mejoró mucho y se volvió más estable. Incluso logró correr un rato.
Por eso, su salvador siguió llevándolo a paseos diarios siguiendo el consejo de los veterinarios. Amaba cada segundo.
Vivía muchas aventuras diferentes a diario. Su salvador lo llevaría a picnics, supermercados e incluso restaurantes.
El cachorro siempre se portó bien y nunca hizo un desastre. El hombre que lo rescató decidió adoptarlo porque no podía imaginar su vida sin este adorable perro.
En cuanto al cachorro, puede disfrutar de su vida con las personas que más le importan y es reconfortante ver que finalmente es feliz.
Si algo nos puede enseñar esta historia es que rescatar a un perro y darle refugio siempre puede cambiar nuestra vida de forma muy positiva, por eso siempre es importante darle una oportunidad.